Según mis propios cálculos, nueve de cada diez fiestas de cumpleaños son una porquería. Por supuesto, el nivel de diversión en una fiesta de cumpleaños es directamente proporcional a la cantidad de alcohol que uno ingiera en dicha festichola, y como hace casi un lustro que no me chupo la vida en alcohol, hace casi un lustro que no la paso bien en un cumpleaños (ni propio, ni ajeno). Un garrón.
Claro que el estar sobria como una monja tiene sus beneficios: puedo observar cosas que la mayoría de la gente pasa de largo. Bah, no sé hasta que punto es un beneficio, pero al menos me da algo que hablar en el blog. Por eso, y con mucho amooooor, van 5 situaciones que ocurren en TODOS los cumpleaños, y que alguien tenía que comentar, loco.
1- De vasito en vasito
Ir a un cumpleaños significa tener que estar rastreando el vaso toda la noche. Te serviste, te levantaste… y chau, hay cinco vasos iguales, todos manoseados y con restitos de bebidas varias. Si tuviera un peso por cada vez que accidentalmente le pegué un sorbo a un vaso ajeno, ya me habría comprado un iPad. Mis aplausos para el próximo cumpleañero que ponga un marcador al lado de los vasos de plástico. Indeleble, por favor.
2- Cambios de Lunes a Jueves
Es increíble, pero casi que se ve en cámara lenta el instante en el que el cumpleañero abre el paquete, ¿no? El sudor frío te corre por la espalda: todos te miran, sos el pobre diablo que hace su ofrenda y está apunto de ser juzgado. Hum. Tanta es la presión que, al primer sonido de papel rasgado, uno empieza a lanzar indicaciones y comentarios cual azafata en despegue: “Mirá que si no te gusta o no te queda, lo podés cambiar.” “Elegí ese porque me pareció que era tu onda.” “No sabés lo que me costó salir a comprar, andaba con poco tiempo.” “¿Te gusta? Si no te gusta decime, no hay problema, no te enrosques.” Pero por favor… Aplaudo a aquellos que abren los regalos cuando los invitados se fueron. Eso es ser buena gente, carajo.
3 - ¡Chin, chin!
El momento del brindis es, misteriosamente, un momento de desesperación. La gente se vuelve loca: corren a llenarse el vaso, se lanzan sobre los inconscientes que pretenden brindar con agua, apuran a los que tienen el vaso vacío, llaman al mozo, maniobran para agarrar la cámara de fotos y se apretan al lado tuyo como si fuera el campo de River en pleno recital de los Stones. Calma gente, es golpear los vasos nomás, no es el sorteo de un Toyota Corolla.
4- Alcatraz pero con merengue
Está escrito en el código penal: nadie se puede ir de la fiesta de cumpleaños hasta que aparezca la torta. NADIE. No importa que estés con un ataque de pancreatitis, que la estés pasando como el culo o que se te haya corrido la peluca. Es una fija, en cuanto mencionás tu inmediato retiro del ágape, nueve personas aparecerán de la nada repitiendo, cual zombies hambrientos, “Aguantá a que traigan la torta”. La torta, la torta… la torta es casi una deidad. Y si sos tan atrevido de retirarte antes de que se sople la vela, no te lo perdonan más. Nunca, nunca, nunca más. En serio.
5- ¡Ritmo, ritmo!
Las primeras instancias del cumpleaños -en caso que transcurra de noche- suelen ser tranquilas; la gente está fresca y dispuesta a hablar, no hay necesidad de recurrir a animación extra. Sin embargo, cuando la noche empieza a avanzar, la conversación se apaga y la gente busca otra cosa. Hace falta que un piola grite: “¡Apaguen la luz!”, para que aparezca la música de bailongo. Heavy.
Si tenés algún resto de amor propio, este es el momento justo para escapar: llegan Celia Cruz y su carnaval, y en menos de un cuarto de canción no vas a saber como llegaste a ese lugar y –peor aún- como escapar. Y Celia abre una lata de gusanos, porque de ahí enganchan a los Auténticos Decadentes con su hilera de hits reventosos, y después arranca Elvis Crespo con su voz de muñeca a pilas. Y, creéme, no hay vuelta atrás. Si todavía estás sobrio para El Rock del Gato y/o Me gustas mucho… lamento comunicarte que ya es demasiado tarde para salvar tu alma. Vas a necesitar mucha suerte, terapia, y un par de litros de te de tilo para poder conciliar el sueño de ahora en adelante. Las imágenes de los invitados bailando estos temas a altas horas de la madrugada son, francamente, espeluznantes.
11 comentarios :
jajaja la posta! igual lo mejor es cuando todos ya estan pasados un poco de copas y pinta el karaoke y ahi todos cantando wannabe de las spice girls... por lo menos yo siempre termino asi u.u jajajaj saludos!
Jajajajajajjjjaajajajajajajaajaj sos la mejor. Creo que algo feo de un cumple es cuando conoces a muy poca gente, o los conoces y no te llevas. Me pasa siemrpe con el cumple d emi mejor amiga, somos ella, otra chica mas, y yo, asi que cuando llego y veo TANTA gente que no suelo tratar, y algunas personas que no me simpatizan, (separando la familia que la verdad es genial, empiezo a pensar en como voy a hacer para escaparme antes de la torta.Detalle: VIVE JUSTO ENFRENTE DE CASA, QUE EXCUSA VOY A TENER? Al final termino quedandome hasta el final, ayudando a acomodar, y tomando mates con todo lo dulce que sobró. ajajaj
Un besote loca. Gracias por hacerme reir desde tan temprano
Por Jebus!!!!!!!!!!!! Boluda, me atosigaron millones de recuerdos jajaja, no se si reirme o llorar. Como siempre Sra Lola Oh, le ha pegado en el clavo. Marian-villoso!
Creo que desde los cumpleaños de jardin se cumple que alguien tira un vaso y por lo general es uno el que lo hace. Me estan deprimiendo los cumpleaños, ¿es la edad?(al último que fui a alguien se le ocurrio hacernos participar en esos juegos de viaje de egresados en que todos estamos en ronda, fue imposible escapar)
Naaaaaaaaahhh... sos una hdp, es la verdad verdadera!!!
Por suerte la mayoria de mis amigos y compañeros laborales(no familiares)cambian a Celia Cruz por Metallica, Korn, MM, Linkin Park... y hasta un flaco Spinetta fusionado con Los Gatos(los mas depres)
En el sentido musical lo paso bien, la cagada es que a veces lo hacen en una casa chiquitita, sin patio... y si tienen patio es invierno y no podes salir... y con millones de familiares del cumpleañero... y te agarran ganas de escapar aunque sea a la cocina, pero no podes porque tenes que pedir permiso a 32432423 personas sentadas, asi que no te queda otra que quedarte en el molde, mientras su tia te cuenta las anecdotas de cuando tu amigo era pendejito... ay, las veces que me habre querido cortar las venas con un chizito!!!
Por suerte hay muuuucho alcohol... la vida vuelve a ser bella!
Ay, me alegro que seamos tantos los que sufrimos en silencio! Luli, la de que encima que te comés el garrón terminás limpiando, es una fija. Tendría que ser el punto No 6. Ahh, si me habrá pasado...
Igual te digo que prefiero toda la vida ese tipo de cumpleaños a los que se festejan en boliches o, lo que es peor, karaokes!
Uff! sumaría un punto más, cuando tenés que ir al cumpleaños por cuasi obligación moral para que no te deshereden de tu familia; pero en realidad lo que menos tenés ganas es de asistir a tal fiesta. Había adoptado una especie de ayuda: ademas de comprar un regalo para don cumpleaños, comprarme ropa para mi para estrenar en el evento. Pero la ultima vez me salio el tiro por la culata... GRRR... Asique se me desaparecieron los consejos para estos momentos.
Por cierto, en el ultimo cumpleaños de uno de mis grandes amigos, llegábamos a la fiesta y lo primero que hacia el cumpleañero era dar un vaso y un marcador indeleble para identificar la propiedad! fue genial!!
Si, la mayoría de ese tipo de cumpleaños son un bajón.
Sobre todo si de pedo conocés al cumpleañero/a y tenés que soportar a su grupo de amigos infumables.
Che che che che cheeeeeeeee, tengo un premio para vos en mi blog, vos hace de cuenta que tenes 15 años y aceptalo con emoción, yo no estoy muy bien de la cabeza, x eso hago estas cosas :P jajajaja
me muerooooooooo, completamente de acuerdo! tomé la costumbre de abrir los regalos después, pero más que nada por no poder disimular mi propia cara, jaja.
La torta es sagrada, en un cumpleaños, el orden de prioridades es:
1- TORTA
2- Tu madre
3- Tu novio/a
4- Tu perro
5- Dios.
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