10 oct 2013

La tenés que ver




Es difícil controlar la pasión por las cosas que a uno le gustan. Ponganlé, amo algunas películas más que a la vida misma. Y algunas canciones. Y algunas palabras/estructuras en inglés.
Y transmitir eso sin quedar como desquiciada o sabelotodo que quiere metérselos a la fuerza es una línea muy fina. Por supuesto que prefiero quedar como loca antes que dictadora, pero lo ideal en realidad sería que la gente se de cuenta sola que tengo razón y que estoy ofreciendo lo mejor que les pasó ever.
Hoy terminé de ver V for Vendetta con mis alumnos. No voy a contar de que se trata la película porque siempre hay gente, como mi amiga Pu, que sufre de esto, pero sepan que es genial mal. Mal.
Estamos por leer 1984, y mientras esperábamos que llegue el libro a Ushuaia (sí, así funciona acá), se me ocurrió introducirlos en el fantástico mundo de las distopías con esa peli. Qué entrada por favoooooooor. Toda una explicación, trabajo, mirar, analizar, vocabulario… Hasta les lleve partes del comic. Los pibes re enganchados.
Entre tanto laburo, la peli se extendió durante tres clases. Hoy era la última. Era la parte más enganchadora, la resolución, darse cuenta lo que estaba pasando y lo que iba a pasar. Y yo lloraba de emoción (porque siempre lloro con esa peli) y me secaba las lágrimas antes de que me vieran mis alumnos. Estaban todos en silencio.
Por ahí veo que uno se duerme. SE DUERME. “Bueno, son adolescentes, tienen hormonas y la clase es temprano a la mañana y no a todos les tiene que gustar, Mariana.” Bárbaro. Psicología del sujeto que aprende: un 10. Seguía en mi papel, tranqui.
Uno de los chicos hace referencia a una escena y me tira un comentario genial. Y yo re contenta, seguíamos mirando, estaba todo bárbaro, les rompí la cabeza con todo esto. El mundo no va a ser el mismo mañana.
Termina. Así, de golpe, en la gloria. La música del final no puede ser mejor. NO PUEDE SER MEJOR. Y yo me imaginaba a mis chicos felices, chicos que vienen de Saw 7 y High School Musical.  Me veía venir el “te amamos, esto fue surreal, es la mejor película de la historia.”
Yo les digo, “Soooooo?” Y nada. Terminó y nada. Todos guardaban. “¿Hay homework?”
“¿¿¿¿¿Hay homework??????” ¿Reeeeealllyyy chicos?
Pero no les dije nada, es súper normal que pase esto, obvio que sí. Son chicos. Me lo repetí como mantra.
Le cuento por Whatsapp a Romina que estábamos mirando esa peli. Me dice que no la vio. QUE NO LA VIO.  Todo de nuevo. “¿No la viste, Romina? ¿Cómo puede ser? ¿COMOO?”
“No me banco que me recomienden películas tan sacadamente. Me dan más ganas de no verlas.” Dijo algo así. No copio textual porque ni tengo ganas de revisar mis conversaciones,  pero el punto es que ahí tuve una revelación: me di cuenta que yo soy medio igual. Yo descubro todo yo, y cuando veo algo buenísimo que alguien me recomendó, me da bronca no haberlo encontrado primero. Me da bronca. ¿Cuán disfuncional es eso?
Me arrepentí de no llevar la careta de Guy Fawkes que tengo en casa. Podría habérmela puesto y esconder mi vergüenza. Aunque sigo pensando que, en 10 años más, estos pibes van a reconocer que les volé la cabeza.

6 comentarios :

Anónimo dijo...

tal vez, no lograste volarles la cabeza.

Unknown dijo...

Tal vez no. Pero la negación se lleva re bien conmigo.

Araceli dijo...

Jajaja... a mi me pasa algo como Romina creo, cuando me recomienda demasiado una pelicula no la veo... no me gusta ceder ajja

berenicebajocero dijo...

Tal vez no siempre vas a tener alumnos con cabezas voladas por vos, pero siempre vas a tener algún/a amigo/a al que sí le vueles la cabeza con algún descubrimiento :)
love you puuuuuuu!

Anónimo dijo...

no dijiste que después al otro día que viste a Romina le llevaste el DVD para que la vea obligadamente.

te quiero, sacadamente. Romina.

Unknown dijo...

:) a todos.