Agarré un paquete de maníes Pehuamar porque tenía hambre y Mau no llegaba.
Diez minutos para abrirlo.
Impenetrable,
inflado del aire que le dejaron adentro.
Un almohadón de maníes.
Me cansé, agarré un cuchillo y le dí para que tenga.
Largó ese olor a podrido bien distintivo de los paquetes de maní sellados al vacío.
Agarré un puñado, me los metí en la boca.
¡La puta que estaban salados!
Los malditos maníes me quemaron las papilas gustativas.
Me las quemaron, les digo.
Comencé a pensar, indignada: ¿puedo llamar y quejarme porque tienen mucha sal?
¿Qué me dirán?
"Señora, lo manise se supone que vienen con sal, no le tenemo culpa."
No sé porqué me imaginé que me van a decir manise.
Ojalá,
sería gracioso.
Busqué números de queja.
Mmm, hay un número pero ni siquiera dice "atención al cliente".
Soy patética para quejarme, dejo que me manipulen;
decidí esconderme tras la pantalla y buscar online.
Mientras, el olor a maní podrido del encierro de bolsa berreta me llegaba a la nariz.
Un asco.
Googleé.
La página que apareció fue Pepsico, nuevos dueños de Pehuamar.
Que pena. Me acuerdo de cuando visité Pehuamar en Mardel, con la escuela.
Era lindo, había rico aroma, vi como hacían los Maizitos.
No había olor a podrido en la fábrica, había olor a chizito limpio.
Obvio, veinte años atrás.
Entré en la página.
Nada de Pehuamar, sólo fotos e información pedorra de los productos Pepsico.
Como Lay's, Cheetos y Doritos.
Poca información, nada de Pehuamar, menos de atención al cliente.
¿Qué onda esta gentusa?
Una pestaña decía "Health and Wellness".
¿En inglés?
¿Estamos todos locos?
Otra decía: "Trabajar en Pepsico"
Me imaginé que lo único que te pedían para la entrevista era que lleves un salero,
Así demostrás como movés la muñeca al salar lo manise.
Malditos bastardos.
Otra pestaña decía "Preguntas Frecuentes".
"Esta es la mía", pensé.
Son cinco preguntas.
Preguntas del tipo:
"¿Cómo hago para presentar mi currículo en Pepsico Snacks?"
¿Eh?
"¿Los precios no deberían ser más bajos ya que las bolsas no están llenas en su totalidad?"
¿Qué?
¿Queeeé?
La sal no aparece.
Pehuamar no aparece.
Lo manise no aparecen.
Nada.
La nada misma.
Así quedé,
con el olor a podrido en la nariz,
las pupilas gustativas quemadas,
hambrienta,
y el recuerdo del aroma a chizito limpio.
7 comentarios :
Tienen un acuerdo con las cervecerías, porque es obvio que si comés maní lo haces para tomar cerveza, y entonces a mayor sal, mayor sed y todo cierra.
Hugo, esa teoría es digna de un "Como funciona". Todos están complotados, no hay otra.
una vez dos paquetes de toallitas con alas vinieron si sus alas...
me queje
me las cambiaron.. por unas con alas y que venian en un paquetito mas lindo.
Basta ya!
Voy a abrir un blog de libros de quejas o algo asi.
Esto no puede seguir inpune
Una vez abri un alfajor Milka... y tenia un bello honguito.
Llame indignada al Sr. Milka... me atendio un chileno, al que apenas le entendia lo que me decia... me ofrecio enviarme un alfajor nuevo, le dije que lo unico que me interesaba era que cuidaran su calidad, ya que ese producto iba destinado en gran parte a niños....
Y lo que hizo fue a ofrecerme nuevamente un alfajor nuevo...
Mmmmmm..
Se escribe gentuza y no "gentusa", el paquete de maní emana olor a maní frito, no a podrido, para tal caso lo más cercano sería olor rancio del aceite en que se fríe el maní.
También denota un marcado desconocimiento en el uso del Google:
http://www.pepsico.com.ar/Argentina/Contacts.html
La mayoría de la gente que trabaja atendiendo en esas líneas de atención al consumidor son estudiantes universitarios por la flexibilidad de horarios que le ofrecen los call centers, dudo mucho que alguno diga "manise", pero si ese es su prejuicio me parece bien.
Como poema es deplorable y sin ningún tipo de métrica por lo cual yo clasificaría esto como un cuento corto y mediocre, siga intentando tal vez algún día cree algo leíble.
Uff, ya me había olvidado de este post.
Hola, Sr Anónimo!
Le aviso que este blog es/era con tono humorístico. Si no lo comparte, y ya que hace mérito de su capacidad de googlear, vayase y googlee otro blog.
No es poema, ese el chiste. No es cuento corto, y no tiene métrica tampoco. Y usted no entendió nada. Sin embargo, estas comentarios son los que me dan ganas de abrir el blog de nuevo. Así que gracias. Lo invito a opinar en otras entradas, a ver si me termina de convencer y arranco de nuevo.
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