Whatever.

 

     El primer post es el peor de todos. La razón de esto radica en el hecho de que el primero, al ser el que marca el hilo de todos los posteriores, es el que define el perfil del blog. La primera piedra, el “Pedro”, digámosle.

     Y como ya llevo tres intentos de blog encima, y estoy medio podrida de que se me vayan todos al diablo, me propuse no hablar de nada en este post. Ah-ah. Nada. Nos vamos a quedar en silencio mirando el espacio en blanco que nos rodea. Ah, sí…