6 nov 2013
Te lo digo rápido y mirá, no te diste cuenta
Ayer, en el más patético estado en el que me he encontrado en años luz, Ariel y yo nos sentamos a estudiar (perdón que me ría) teoría para un parcial. Teníamos una hora.
Ariel venía de trabajar y yo también, así que mientras leíamos la mierda que nos tocaba rendir y nos reíamos de lo horrible que era, merendábamos. Un café, nada fancy.
Ariel sacó mermelada (perdón, jalea más precisamente) y galletitas, y se puso a untar y a devorar. Transcribo la conversación. Como la recuerdo, por supuesto, que no es garantía de nada.
A: Me encanta esta mermelada, es lo más rico que hay. ¿Querés una? (Me apunta la galletita con mermelada en la cara.)
M: No, no me gusta la mermelada.
A: (Agarra el frasco.) No es mermelada, es jalea. Es riquísima. (Me apunta otra galletita en la cara.) Tomá, es de uva. Uva, con lo que se hace el vino.
M: A ver… (Agarro la galletita y me la como. Me río.) ¿‘Es de uva, con lo qué se hace el vino’, Ariel? ¿Con eso me querías convencer? ¿Qué soy, la alcohólica del grupo, ahora?
A: No sé, pero lo dije y la agarraste.
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Unknown
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5 comentarios :
ajajaj punto para ariel?
Definitivamente. Touché.
No dejas claro si te gustó la jalea... y el vino! :D
La jalea no. El vino sí. : )
Ariel te tiene calada. OH YES!
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